domingo, 3 de enero de 2010

Las perolas

En la puerta de mi calle
en la acera
mientras veo a la gente pasar
busco unas piedras
y a las perolas me pongo a jugar.

Cinco piedrecitas redondas
tengo ya
ninguna de yeso, que se romperán
tampoco guijarros, que se resbalarán
y desecho las falsas piedras, que se desharán

Las cinco encuentro
entre la tierra
sé buscar.

Me siento en la acera
¡caliente está!
Es primavera
y en la calle los niños
quieren jugar.

Mi madre pinta de verde
la puerta de madera.
Mi abuela y mi padre le han ayudado
a la fachada blanquear

Empiezo a jugar
lanzo todas
pero muy separadas
no me pueden quedar

Cojo una
y calculando la distancia
la lanzo hacia arriba
mientras mi mano
veloz
recoge las otra cuatro y espera que
la primera venga con las demás.

Rosita ¿Puedo jugar?
¡Claro Anita!

Empieza

¡A mis unas!

enela
sevela
cantitos
de piedras
negras

¡A mis dos!
Sán Antón

¡A mis tres!
San Andrés

¡A mis cual!
San Pascual

El cinco
(con el kiko)
entraña dificultad
(siempre me pillo
pero me da igual)

Cantos
convertidos
en perolas
y juegos.

Allá.

En las calles
del lugar.