sábado, 28 de diciembre de 2013

Pregón de las Fiestas del Santo Cristo de los Milagros 2013

Pregoneros 2013 / Foto cedida por el grupo

El pregón de las Fiestas del Santo Cristo de los Milagros 2013 lo dieron varios jóvenes del pueblo. Una idea estupenda para un lugar que se empeña en mantener y defender su cultura local. Lejos de pasar de refilón por la responsabilidad que se les encomendó, estos chicos y chicas de quince y dieciséis años mostraron su compromiso en una intervención en la que supieron conjugar el relato del pasado y la tradición con el anticipo del que protagonizarán y escribirán ellos. He aquí un fragmento. El texto completo puede leerse pinchando aquí:

No cabe la menor duda de que EL SANTÍSIMO CRISTO DE LOS MILAGROS, es el verdadero protagonista de estos días. Para un grupo, que eligió llamarse “Jóvenes de Cristo”, poder pregonar su fiesta, es un honor.
En el pueblo ya nos conocéis, pero para quienes no nos conozcan os voy a presentar al grupo. De izquierda a derecha están: Nuria, Quique, Paula, María, Irene, Gauden, Dani, Carmelo, Bea, Arturo, Andrea y Ana. También entre el público está Nayara, María Martínez, María Ortega, Livio, Paula, Elena y Saray, que muchas veces nos ayudan y han colaborado con nosotros.
Como veis, la mayoría somos muy jóvenes, son pocas las experiencias o vivencias que podemos compartir con vosotros.
Muchas veces hemos oído decir a personas mayores: 
“El Arca hace unos años no estaba así”.
“La ermita de San Isidro se construyó hace unos años”.
“Antiguamente había una escuela donde ahora está la biblioteca”.
“Los abuelos de Quique tenían la discoteca”. 
Nuestros abuelos y abuelas nos han contado muchas veces que, antiguamente, no había luz eléctrica en el pueblo.También nos cuentan, que cuando ellos tenían más o menos nuestra edad, en Almonacid, había dos salones de baile. Uno de ellos en casa de los bisabuelos de Bea, y el otro en casa de los bisabuelos de Quique. Pero si hay algo que nos resulta increíble, en estos días, es que en todo el pueblo, sólo había un teléfono, y además no era móvil, ni tenía acceso a Internet, ni Whatsapp… Este teléfono que, por lo visto, pesaba varios kilos, estaba pegado a la pared y al lado tenía un pequeño contador que marcaba el importe de la llamada. Este teléfono estaba en casa de los abuelos de Gauden.