Bordado de Esperanza. Ver más bordados en el Museo Virtual, en este mismo blog |
- ¿No sabes lo que ha pasado hoy? – me decía siempre que llegaba del colegio. E inmediatamente pasaba a resumirme lo más importante que le había pasado a la protagonista. No entendía yo entonces que alguien pudiera estar tan pendiente de lo que le ocurriera a un personaje de ficción.
Lucecita, Ama Rosa y las cartas que llegaban a Elena Francis, donde se narraban tantas y tantas vidas, fueron la única ficción en la que ella pudo recrear todos los mundos que llevaba dentro.
¡Quién sabe dónde estaba su imaginación mientras fregaba y refregaba aquella cocina! Recuerdo sus interjecciones a cada instante en voz alta. La recuerdo haciendo escobas (de ciacillo y amargas), rosquillos, rosquillas, mantecados, cosiendo, zurciendo, bordando y escuchando su radio.
¡Qué lejos estaba! Hoy lo sé.
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